Mónica Zacarías

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Testimonios

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Ante una página en blanco, la intuición de Mónica Zacarías conecta directamente con la visión de cada autor: entre ambos se gesta un libro y el parto editorial sobreviene al ritmo de su propio tiempo, luminoso y natural. Desde el instante del ¡Hágase! sus manos se encargan de transformar la materia de la letra y los recursos de la línea: un libro suyo es un cuerpo armonioso y proporcionado en cada página, pliego, guarda y costura; un buen hijo de aquella lógica precisa, tan difícil de encontrar, entre tradición lectio-visual y renovación funcional. Mónica entiende el disegno como idea e invención y por eso cada objeto que sale de las prensas se reconstituye en un sujeto que comunica,
al mismo tiempo, conocimiento, goce y emoción.

—Jaime Cuadriello, historiador del arte



En 2012, Pilar Jiménez, mi hermana Jazmín y yo le pedimos a Mónica Zacarías que diseñara un libro sobre la vida de mi padre: Jaime Sabines. Apuntes para una biografía. Durante cinco o seis meses nos reunimos una vez a la semana para revisar textos y seleccionar fotos viejas y documentos. Tardes inolvidables en las que compartimos risas y recuerdos. El resultado fue un libro bello y elegante que Mónica nos regaló junto con su amistad.

—Judith Sabines, editora



Se afirma que una imagen dice más que mil palabras. En el caso de Mónica Zacarías la imagen acompaña, completa y en no pocas ocasiones responde a las más de mil palabras de los libros que diseña, creando un relato paralelo. Con sus portadas, más que sintetizar, Mónica logra invitar al contenido del libro y añadir un significado más. Combina la elegancia del diseño clásico inglés con un toque de audacia en que la tipografía es un poderoso elemento visual. En sus trabajos busca el máximo significado icónico y experimenta con las tendencias, de modo que más que constatar el significado de la obra –después de todo, cada lector tiene el suyo– Mónica crea un misterio; una puerta para que sea el lector quien la abra. Porque siendo ella misma lectora y cinéfila empedernida Mónica sabe, siempre sabe, que detrás de esas mil palabras hay muchas más.

—Rosa Beltrán, escritora



Trabajar con Mónica no sólo es un placer, sino un complemento, un aprendizaje de todos los días, mirar los detalles, los vínculos que uno nunca pensó...
uno de esos binomios en los que la apertura es tal que las ideas fluyen rápidamente, así como la risa, porque encuentra el gusto en cualquier parte.
Es la maestra de poner guías sin medir, del texto clásico y bien medido; constante buscadora de innovación en el libro. Pero no se conforme con mi opinión, cualquiera lo puede advertir en una de sus publicaciones.

—Julieta Hernández, creadora de imágenes



Nuestro oficio es la encuadernación. Desde hace unos años, Mónica Zacarías nos ha asesorado para que algunos de estos artefactos, además de un sistema estructural novedoso, tuvieran textos. Este es el caso de la encuadernación tripartita que desarrollamos para abrir de tres formas diferentes y, buscando no dejar las hojas en blanco, nos reunimos con Mónica. Así se formalizó “De atrás para adelante”, un proyecto cuya finalidad es invertir el proceso tradicional de elaboración de un libro para iniciar por el diseño de la encuadernación, seguido de la intervención de la diseñadora, quien se mueve entre las características del objeto-libro y la creatividad del autor, último en ser invitado. Mónica no solo acepto el desafío, lo transformó en un proyecto sólido y viable, en un objeto armónico, funcional y versátil, tanto en su forma física como en su lectura.

—Luis Enríquez y Martha Romero, restauradores y encuadernadores



Cuando concebí la idea de escribir Cavas de México no tenía otra experiencia como autor más que mi tesis de titulación y alguna que otra carta. Fue entonces que apareció en mi camino Mónica Zacarías, quien se convirtió en mi guía y en mi maestra –aunque ella no lo quiera reconocer–. Mónica me llevó de la mano a explorar y conocer el fascinante desafío de crear un libro. Con su talento nato, su vasta experiencia y su entrañable amistad, hizo que fuera un viaje inmejorable por tierras y senderos desconocidos para mí; incluso le dio a la narrativa un sutil toque de frescura, finura y elegancia que seduce, encanta y divierte. ¡Fue un deleite trabajar con ella!

—Gabriel Gadsden Carrasco, empresario



Conozco a Mónica Zacarías desde hace más de tres décadas y he sido testigo de primera mano de su impecable evolución creadora. En la base sólida de ese crecimiento hay una extraordinaria persona, de firmes convicciones, entrañable, positiva, con quien es fácil compartir una posición ética ante la vida. A esto le sumo una exquisita y envidiable sensibilidad por la estética, una espectacular pasión por el detalle y el rigor editorial, y un delicioso bagaje cultural. Ante esos ingredientes no me extraña que, con Mónica, en cada nuevo proyecto el trayecto se vuelva destino con tanta facilidad.

—Josep Palau, empresario del diseño



Ante una página en blanco, la intuición de Mónica Zacarías conecta directamente con la visión de cada autor: entre ambos se gesta un libro y el parto editorial sobreviene al ritmo de su propio tiempo, luminoso y natural. Desde el instante del ¡Hágase! sus manos se encargan de transformar la materia de la letra y los recursos de la línea: un libro suyo es un cuerpo armonioso y proporcionado en cada página, pliego, guarda y costura; un buen hijo de aquella lógica precisa, tan difícil de encontrar, entre tradición lectio-visual y renovación funcional. Mónica entiende el disegno como idea e invención y por eso cada objeto que sale de las prensas se reconstituye en un sujeto que comunica, al mismo tiempo, conocimiento, goce y emoción.

—Jaime Cuadriello, historiador del arte



En 2012, Pilar Jiménez, mi hermana Jazmín y yo le pedimos a Mónica Zacarías que diseñara un libro sobre la vida de mi padre: Jaime Sabines. Apuntes para una biografía. Durante cinco o seis meses nos reunimos una vez a la semana para revisar textos y seleccionar fotos viejas y documentos. Tardes inolvidables en las que compartimos risas y recuerdos. El resultado fue un libro bello y elegante que Mónica nos regaló junto con su amistad.

—Judith Sabines, editora



Se afirma que una imagen dice más que mil palabras. En el caso de Mónica Zacarías la imagen acompaña, completa y en no pocas ocasiones responde a las más de mil palabras de los libros que diseña, creando un relato paralelo. Con sus portadas, más que sintetizar, Mónica logra invitar al contenido del libro y añadir un significado más. Combina la elegancia del diseño clásico inglés con un toque de audacia en que la tipografía es un poderoso elemento visual. En sus trabajos busca el máximo significado icónico y experimenta con las tendencias, de modo que más que constatar el significado de la obra –después de todo, cada lector tiene el suyo– Mónica crea un misterio; una puerta para que sea el lector quien la abra. Porque siendo ella misma lectora y cinéfila empedernida Mónica sabe, siempre sabe, que detrás de esas mil palabras hay muchas más.

—Rosa Beltrán, escritora



Trabajar con Mónica no sólo es un placer, sino un complemento, un aprendizaje de todos los días, mirar los detalles, los vínculos que uno nunca pensó... uno de esos binomios en los que la apertura es tal que las ideas fluyen rápidamente, así como la risa, porque encuentra el gusto en cualquier parte. Es la maestra de poner guías sin medir, del texto clásico y bien medido; constante buscadora de innovación en el libro. Pero no se conforme con mi opinión, cualquiera lo puede advertir en una de sus publicaciones.

—Julieta Hernández, creadora de imágenes



Nuestro oficio es la encuadernación. Desde hace unos años, Mónica Zacarías nos ha asesorado para que algunos de estos artefactos, además de un sistema estructural novedoso, tuvieran textos. Este es el caso de la encuadernación tripartita que desarrollamos para abrir de tres formas diferentes y, buscando no dejar las hojas en blanco, nos reunimos con Mónica. Así se formalizó “De atrás para adelante”, un proyecto cuya finalidad es invertir el proceso tradicional de elaboración de un libro para iniciar por el diseño de la encuadernación, seguido de la intervención de la diseñadora, quien se mueve entre las características del objeto-libro y la creatividad del autor, último en ser invitado. Mónica no solo acepto el desafío, lo transformó en un proyecto sólido y viable, en un objeto armónico, funcional y versátil, tanto en su forma física como en su lectura.

—Luis Enríquez y Martha Romero, restauradores y encuadernadores



Cuando concebí la idea de escribir Cavas de México no tenía otra experiencia como autor más que mi tesis de titulación y alguna que otra carta. Fue entonces que apareció en mi camino Mónica Zacarías, quien se convirtió en mi guía y en mi maestra –aunque ella no lo quiera reconocer–. Mónica me llevó de la mano a explorar y conocer el fascinante desafío de crear un libro. Con su talento nato, su vasta experiencia y su entrañable amistad, hizo que fuera un viaje inmejorable por tierras y senderos desconocidos para mí; incluso le dio a la narrativa un sutil toque de frescura, finura y elegancia que seduce, encanta y divierte. ¡Fue un deleite trabajar con ella!

—Gabriel Gadsden Carrasco, empresario



Conozco a Mónica Zacarías desde hace más de tres décadas y he sido testigo de primera mano de su impecable evolución creadora. En la base sólida de ese crecimiento hay una extraordinaria persona, de firmes convicciones, entrañable, positiva, con quien es fácil compartir una posición ética ante la vida. A esto le sumo una exquisita y envidiable sensibilidad por la estética, una espectacular pasión por el detalle y el rigor editorial, y un delicioso bagaje cultural. Ante esos ingredientes no me extraña que, con Mónica, en cada nuevo proyecto el trayecto se vuelva destino con tanta facilidad.

—Josep Palau, empresario del diseño